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Viticultura de precisión: el camino hacia una mayor competitividad

10 de juny de 2015

Las nuevas tecnologías tienen una presencia creciente en el sector vitivinícola. Se han convertido en un recurso esencial para ayudar a las empresas del vino a ganar competitividad global e introducirse en mercados exteriores. A las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) aplicadas al Digital Business se suma la innovación tecnológica en los viñedos, que favorece la optimización del proceso productivo, la reducción de costes y una mayor calidad del producto.
 
Mejorar la calidad de la uva y del vino es uno de los principales retos a los que se enfrenta en la actualidad una industria que lucha por ser más competitiva. El objetivo ya no es sólo obtener el volumen necesario de uva en buenas condiciones, sino que también se busca que la cosecha cumpla de manera uniforme con los requisitos exigidos por el vino al que se destinará. Todo ello, al menor coste posible.
 
Para responder a este reto surge la viticultura de precisión, que se vale de las nuevas tecnologías para adaptar las técnicas de producción a las necesidades del viñedo y ofrecer un tratamiento racional e individualizado a cada cosecha. Este innovador concepto de viticultura, al que la Fundación para la Cultura de Vino dedicó un extenso informe  tras uno de sus Encuentros Técnicos, se está implantando con fuerza en todo el mundo. Permite organizar con eficacia todo el proceso vitícola, desde el cultivo a la vendimia, con el objetivo de optimizar la calidad de la uva, reducir costes y minimizar el impacto medioambiental.
 
 
Viticultura y tecnología
 
En la viticultura de precisión, los últimos avances tecnológicos (GPS, sensores inalámbricos, apps para smartphones o incluso drones) conviven en armonía con las técnicas de cultivo tradicionales. Su papel es decisivo ya en la fase inicial: la cartografía, por ejemplo, ayuda a analizar el suelo para determinar su fertilidad y su rendimiento. De esta manera, se puede prever el plan de nutrición o riego que precisará el cultivo.
 
En cuanto al ciclo de desarrollo de la vid y de la uva, la viticultura de precisión permite realizar un seguimiento del proceso en tiempo real, con información pormenorizada sobre las condiciones meteorológicas, la humedad del suelo, las necesidades de agua y de fertilizantes de la viña o el estado de maduración de la uva. Para ello, recurre a la teledetección, que utiliza imágenes aéreas y por satélite, mapas cartográficos o fotografías infrarrojas; a sensores de proximidad, que pueden analizar imágenes, ultrasonidos, la termografía o diferentes sustancias de la planta; y a apps específicas de viticultura para smartphones.
 
 
 
Implicación del sector
 
Aumentar la competitividad global del sector vitivinícola no pasa exclusivamente por las empresas del vino y el cava. Como señala la Fundación para la Cultura de Vino en su informe, para introducir las nuevas tecnologías en sus procesos productivos, las empresas necesitan el apoyo de consejos reguladores y otros agentes sectoriales que impulsen estas innovaciones y las pongan al alcance de bodegas grandes, medianas o pequeñas.
 
También es necesaria la implicación de instituciones o empresas que investiguen en la viticultura de precisión en busca de innovaciones tecnológicas eficaces que garanticen la calidad del producto.
 
En ello trabaja ya, por ejemplo, el Grupo Televitis , impulsado por el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino y la Universidad de la Rioja, que ha desarrollado recientemente una app para determinar el número de flores de la vid y participa en el proyecto europeo VineRobot, un robot con sensores avanzados para apoyar las labores vitícolas. O la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia, que utiliza sistemas de teledetección para medir el estrés del viñedo y mejorar la calidad de la uva.